jueves, 16 de octubre de 2014

Corrector de textos, un oficio oculto

"Tan viejo como la imprenta es el corrector de textos. Aún más, tan viejo como la escritura. Desde que el hombre inventó el alfabeto para poder comunicarse por escrito, siempre ha habido al lado del escribiente una figura que, como dice el lema de la Real Academia Española, 'limpia, fija y da esplendor'.

Con la tecnología no basta
Por mucho que avance la técnica y por mucho que la tecnología nos domine, el corrector de textos seguirá siendo necesario, al menos mientras los ordenadores no aprendan a pensar.

El corrector de textos está íntimamente ligado al libro. El libro, ese instrumento maravilloso del cual llevan años augurando el final, no sería tal si no hubiera un corrector. Esa persona, una vez escrito el texto por el autor y compuesto el libro por el editor, lee. Y de cada letra, palabra o frase leída analiza la coherencia del discurso, la limpieza de la ortografía y la exactitud de los vocablos. Y donde hay falla, limpia, es decir, marca el fallo e indica la solución, para que el impresor, a su vez, envíe el texto a las máquinas limpio de polvo y paja". (Fuente: UniCo)

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