
“La verdad, lo real, el universo, la vida –como queráis
llamarlo– se quiebra en facetas innumerables, en vertientes sin cuento, cada
una de las cuales da hacia un individuo. Si éste ha sabido ser fiel a su punto
de vista, si ha resistido a la eterna seducción de cambiar su retina por otra
imaginaria, lo que ve será un aspecto real del mundo. Y viceversa: cada hombre
tiene una misión de verdad. Donde está mi pupila no está otra; lo que de la
realidad ve mi pupila no lo ve otra. Somos insustituibles, somos necesarios.
Dentro de la humanidad cada raza, dentro de cada raza cada individuo es un
órgano de percepción distinto de todos los demás y como un tentáculo que llega
a trozos de universo para los otros inasequibles. La realidad, pues, se ofrece
en perspectivas individuales. Lo que para uno está en último plano, se halla
para otro en primer término. El paisaje ordena sus tamaños y sus distancias de
acuerdo con nuestra retina, y nuestro corazón reparte los acentos. La
perspectiva visual y la intelectual se complican con la perspectiva de la
valoración”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario