lunes, 19 de septiembre de 2016


"El arte tiene de especial y de bueno que en él no se puede mentir… Se puede mentir en el amor, en la política, en medicina, puede uno engañar a la gente y hasta al mismo Dios, ha habido casos… Pero en el arte no se puede engañar… Ya ve, a menudo me echan en cara, hasta Tolstói, me lo ha dicho, que escribo sobre bobadas, que no tengo héroes positivos, revolucionarios, Alejandro de Macedonia o siquiera, como en las obras de Leskov, un guardia honesto… ¿Pero dónde encontrarlos? ¡Me encantaría! ¿Pero dónde están? Nuestra vida provinciana, las ciudades sin pavimentar, los pueblos, sumidos en la pobreza, la gente hecha trizas… Todos cuando somos jóvenes piamos felices como gorriones en el estiércol, pero cuando tenemos cuarenta ya somos viejos y empezamos a pensar en la muerte… ¿Nosotros, unos héroes?… Dice usted que ha llorado en mis obras… No es para eso que las he escrito. Lo he hecho para decir a la gente sólo una cosa: “Miraos bien y fijaos en la vida inútil y triste que lleváis”. Lo más importante es que la gente se dé cuenta de esto. Y cuando lo entiendan seguro que construirán otra vida, una vida mejor… Yo no lo veré, pero lo sé, será una vida completamente nueva… ¿Y los que ya lo han entendido? Bien, éstos ya encontrarán el camino sin mí… Bueno, vámonos a dormir, se acerca una tormenta (…)".
Antón Chéjov


No hay comentarios:

Publicar un comentario