miércoles, 2 de enero de 2019

El Hilo Azul en acción

Ella sobre las ancas de una yegua joven. El niño, dueño de la yegua, caminando a un lado de ellas. Grandes árboles por todos lados. La cabellera rubia de un primo hace rato alejado. Ella arrodillada sobre el borde de la pileta llena de renacuajos y agua podrida. Su madre gritándole que se aleje o se caería. Ella cayendo en el agua inmunda y pestilente. Ella con los ojos y la boca intensamente cerrados para que nada de ese entorno nauseabundo entrara. Ella en la cama mirando por la ventana el cielo aún iluminado por el sol… Ella, rodeada por las piernas de su padre, jugando a la nave espacial. Caramelos, corridas, primos, risas, protestas del abuelo. Barro en el cordón. Pasto en el plato de madera. Búsqueda del tesoro de huevos de pascua. Su abuela y sus panes con manteca y azúcar. Felicidad. Exploración. Diversión. Las escaleras de mármol de la casa de sus nonnos. Montañas. Vacaciones en familia. Primos por todos lados. Bicicletas, motos, caballos y burros. Su madre abriendo la canilla de la ducha y ella (muy pequeña) observando con terror que está a punto de meterla debajo. Ella despertando sobre uno de sus hermanos en el asiento trasero del auto, babeándolo. Ella sobre las valijas en el baúl del auto escuchando música en su walkman. Parques, quintas, árboles, gatitos asesinados por un perro malvado. Ella sobre el regazo de su padre aprendiendo a manejar un auto. Escuela. Ella subiendo las escaleras de la facultad mientras mira los grandes carteles políticos por doquier. Pánico ante un examen oral. Pérdida irreversible. Dolor intenso. Insomnio. Lágrimas… Más lágrimas. Su alma destrozada en el piso. Nuevo comienzo. Remiendo de su alma. Nostalgia. Opresión en el pecho por lo que se fue y ya no volverá. Negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario