miércoles, 2 de enero de 2019

Rompecabezas

Rompecabezas Yo veo a nuestra vida, a nuestro pequeño mundo individual, como un rompecabezas. Este rompecabezas está compuesto por todo lo que vivimos, la familia, el trabajo, los amigos, todas las personas que queremos y que cumplen un papel dentro de este tablero. Entre ellas también se encuentran todas las personas que simplemente pasaron por nuestra vida alguna vez. Esto es así porque, por más corto que fuera el tiempo que estuvieron dentro de nuestro pequeño reino, algo nos dejaron. Todo ser que, para bien o para mal, conocimos en algún momento nos dejó una marca y puso su granito de arena para que ahora seamos como somos. Entonces, por eso digo que cada una de las partes de nuestra existencia es un fragmento de ese rompecabezas. Entre esas partes se encuentra el amor o, mejor dicho, la pieza que corresponde al “compañero o compañera de vida”. Es decir, esa persona adecuada para caminar con nosotros por el sendero de la vida; para abrazarnos, besarnos, escucharnos, tomarnos de la mano, etc., cuando lo necesitamos o simplemente porque sí. Mientras avanzamos, vamos conociendo personas con quienes entablamos una relación amorosa, y a todas ellas (o casi todas), en un primer momento, intentamos hacerlas encastrar en el espacio que corresponde a nuestro compañero/a de vida. Siempre -irremediablemente- atravesamos la etapa de negación. Esta es la de no querer reconocer que esa pieza no encaja, no importa cuánta fuerza hagamos para lograr que se quede en ese lugar. En ocasiones, la pieza salta por sí sola de allí, como si rechazara el puesto que queremos asignarle; en otras, se queda ahí, aunque algo trunca, y nosotros la miramos de reojo, sin querer reconocer que tiene un pedazo que sobresale. ¿Por qué hacemos eso? ¿Desesperación? ¿Pánico a quedarnos solos? Puede ser… Pero lo importante es aprender de las experiencias. Luego de una cantidad de fallidos, es necesario –indispensable- aprender de los errores y evolucionar. Cuando llega ese momento, dejamos de querer encastrar a cualquiera en el espacio para esa pieza. Finalmente entendemos que nos merecemos a alguien especial, que nos quiera de verdad, que se preocupe por nosotros y nos coloque en un lugar importante en su vida. Así que seguimos en la búsqueda… incansables y decididos.

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